Ser adolescente significa...
Obediencia vs rebeldía.
Ser adolescente significa estar controlado tanto a nivel educativo como social. Desde pequeños se nos imponen las decisiones que debemos tomar en nuestro día a día, decisiones que determinarán nuestro futuro. Debes estudiar y aprobar, eso es lo único importante en tu vida. ¿Qué ocurre con la educación emocional? Nadie se preocupa de ella, el foco está en las notas y los títulos.
Ser adolescente significa estar cohibido por estereotipos, cánones y expectativas sociales. Pero también significa querer un cambio, una transformación en la sociedad. Hay quien lo llama tener pájaros en la cabeza, pero son necesarios para conseguir tus metas.
La vida real y el mundo académico
Creo que ambos van de la mano y se complementan. Por supuesto, no tienes las mismas vivencias dentro y fuera del aula, en cada entorno se genera un tipo de aprendizaje. Pero lo que ocurra en una de ellas repercute inevitablemente en la otra. Tal y como veíamos en el documental, los alumnos llevaban consigo una mochila que les impedía implicarse en sus estudios.
Tu círculo o tu vida social influye en la académica. No debemos desprestigiar ninguna de las dos, pues ambas son necesarias para el desarrollo del niño. Ambos entornos tanto el familiar o el más próximo al individuo como el académico deben trabajar al unísono para extraer todo su potencial.
Vínculo entre la educación y la adolescencia
Considero que esa es la única forma de conseguir un progreso y una mejora de la educación. Sino se genera un vínculo entre el adolescente y la escuela, el fracaso y abandono escolar continuará estando a la orden del día.
Los adolescentes deben comenzar a ver el colegio como un lugar de oportunidades donde crecer tanto intelectual como moralmente. Es necesario acabar con la concepción tan negativa que existe de la escuela. Pero para que esto sea posible, primero es necesario un cambio en las bases del sistema educativo y una implicación y entrega por parte del profesorado.
Relaciones escolares
La relación entre los compañeros determinará cómo se desarrollarán las actividades propuestas en cada sesión. Si el clima es tenso o no hay confianza, el trabajo en equipo y el aprendizaje se verán perjudicados. Un niño que no se siente cómodo en clase no querrá participar en ella. Esto ocurría en mis clases. La relación entre compañeros no era de confianza, tal y como vemos reflejado en el grupo de adolescentes al comienzo del documental. Es cierto que siempre tienes más afinidad con ciertas personas. Pero el ese clima de tensión provocaba que no nos implicáramos ni disfrutáramos en las clases.
Son pocos los que alguna vez no se han sentido juzgados en algún momento de su vida. Me he identificado con ellos en este aspecto. Cada uno cuenta una vivencia diferente, pero la conclusión que podemos extraer no es otra que, cualquier adolescente carga con los complejos y las etiquetas que la sociedad le impone. Es una lucha con nosotros mismos la que debemos realizar para deshacernos de ellos.
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