Están en una etapa de plastilina, son muy moldeables e influenciables. Los maestros somos un modelo más para ellos. Probablemente influiremos más en su futuro que los propios padres.
El acoso está a la orden del día en las aulas y es crucial detectarlo a tiempo para evitar que interfiera en el desarrollo y estabilidad emocional del niño.
En ocasiones no
sabemos detectar que estamos siendo acosados o que somos nosotros mismos
acosadores.
Es vital observar a tus alumnos con lupa y, no olvidarnos de trabajar los valores y empatía con ellos. Es muy complejo detectar un caso de Bullying por ello debemos ser profesionales, estar preparados.
La famosa frase no soy un chivato, es una gran lacra social. Rompamos con esta concepción. Un chivato es alguien valiente, que lucha por una sociedad sin acosadores ni acosados, sin diferencias y donde prima el respeto y la tolerancia. Estos valores han de abordarse en las clases. ¿De qué nos sirven alumno altamente cualificados en el ámbito académico e incompetentes en el social? Un profesor trabaja por el desarrollo íntegro del alumno.
La EDUCACIÓN EMOCIONAL, debería formar parte de nuestras aulas. A veces el agresor está en una situación complicada, falta de cariño, entre otros aspectos. Crear espacios de comprensión, empatía y confianza podría reducir los casos de abusos.
Por otro lado, la colaboración entre las familias y el centro es crucial. Deben trabajar unidos y perseguir un objetivo común: el bienestar del niño. A veces, incluso son los propios padres sufren acoso en el grupo de WhatsApp.
Tanto acosadores como acosados, necesitan terapia. Todo centro debe contar con un orientador, psicólogo o sociólogo. El origen puede estar en complejos, problemas de la infancia. Trabaja desde los inicios ve al foco del problema.
La deseabilidad social, puede ser uno de los detonantes. La sociedad ejerce un gran poder sobre nosotros. La independencia y criterio propio son dos aspectos que sería conveniente trabajar con nuestros pequeños.
El acoso, en ocasiones, deja secuelas de por vida, por lo que su prevención y tratamiento es crucial.
Implicarse plenamente en la educación de tus alumnos es algo que solo los mejores profesores se atreven a hacer.
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